¡Cuánto me has amado! ¡Dios mío!
¡Cuánto has hecho para que yo te ame!
¡Dios mío!
¡Cuánto has deseado y sigues deseando que yo te ame!
¡Aquí estoy, Dios mío, aquí estoy! Mi corazón está dispuesto.
No me niego a nada que pueda probarte mi amor.
¿Qué quieres que haga? ¡Aquí estoy!