El 31 de julio la Iglesia recuerda al fundador de la Compañía de Jesús, cuyos miembros se les conoce como “los jesuitas”. San Ignacio además es el patrono de los Ejercicios Espirituales, los cuales se llevan a la práctica también hoy en otras religiones. Una de las oraciones más extendidas escrita por el fundador de la Compañia de Jesús es Anima Christi, o en castellano, Alma de Cristo. La oración Anima Christi consiguió una renovada difusión gracias a san Ignacio de Loyola por haberla prescrito en algunas meditaciones de sus Ejercicios Espirituales. En ediciones impresas posteriores de los Ejercicios se añadió el texto del Anima Christi, con el fin de facilitar su recitación por parte de los ejercitantes, y esto llevó a la suposición popular de que fue compuesta por el santo.2 El Anima Christi se encontraba en libros de oración que utilizaba san Ignacio en su juventud.
Oración Anima Christi | Alma de Cristo
Alma de Cristo, santifícame
Cuerpo de Cristo, sálvame
Sangre de Cristo, embriágame
Agua del costado de Cristo, lávame
Pasión de Cristo, confórtame
¡Oh buen Jesús! Óyeme
Dentro de tus llagas, escóndeme
No permitas, que me aparta de tí
Del maligno enemigo, defiéndeme
En la hora de mi muerte, llámame
Y mándame a ir a ti, para que con tus Santos te alabe.
Por los siglos de los siglos,
Amén.
Anima Christi, sanctifica me.
Corpus Christi, salve me.
Sanguis Christi, inebria me.
Aqua lateris Christi, lava me.
Passio Christi, conforta me.
O bone Iesu, exaudi me.
Intra tua vulnera absconde me.
Ne permittas me separari a te.
Ab hoste maligno defende me.
In hora mortis meae voca me.
Et iube me venire ad te,
ut cum Sanctis tuis laudem te
in saecula saeculorum.
Amen.
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